jueves, 4 de octubre de 2007

ARRANCARTE LA BOCA

Quiero arrancarte la boca…
Quiero chuparla, lamerla, mirarla, separarla de ti.
Entonces, me retorcería enumerando tus palpitaciones,
tus supurantes llagas,
y me abandonaría a morir en el reflejo de tus treinta y dos dientes.
Sería entonces, cuando ansiosa de buscar tu alma,
quedaría extasiada al engullir tu ardiente, hirviente, insinuante aliento,
y me ahogaría al vomitar tu densa y pastosa saliva.
Y…¿qué sería un beso sólo en tu boca?
Sería la búsqueda del placer más absoluto,
el juego de una lombriz recorriendo mi sexo,
la presión de los capilares tensando mis senos,
la frialdad y la crueldad de Adolfo Hitler.
Efímero,
falso,
austero,
sería ese brutal intercambio de flujos y hedores apestantes.
Pero…¿y si no arrancase tu boca?
Y si la chupara, lamiera, mirara, anclada a ti…
Entonces me retorcería midiendo la flamante vida
que emana de las más hermosas y desperfectas heridas,
y fanatizaría fervorosamente al observar tendida sobre tu lengua
el contacto de la mía sobre tus muelas, colmillos e incisivos.
Sería entonces, cuando ansiosa de buscar tu alma,
quedaría extasiada, dormida, del recorrido de tu esencia en mis venas,
y navegaría por el torrente de tu desbocada saliva.
Pero al besarte, entonces,
junto a tu pausada y carnosa boca,
sentiría fluir mi cuerpo por encima de mi cerebro,
siendo ya sólo alma aquello que te besara.
Sentiría la dulce excitación temprana, primera, inocente, pura, de un beso,
y a mi sensible y pálida tez ansiando que trémula, y nerviosa,
fusionada a la tuya siempre quedara.
De esa alumbrada inocencia,
volvería a nacerme el dolor,
envenenándose mis besos a medida que el miedo se anima ferozmente a molestarme.
Sentirías entonces tú,
en tu boca,
el amargo de mi temor,
y ante la inminencia de tu envenenamiento,
decidirás arrancarte tú mismo la boca,
y besarme para siempre con tus labios de mármol.

2 comentarios:

Judit dijo...

Has hecho que me apetezca besarte mas que a qualquier otra persona en el mundo. Tienes un don, transmites algo que para mi es lo mas importante de alguien que escribe,transmites lo que sientes cuando escribes. No se si es porque te quiero o porque lo leo con un trocito de corazon en las manos pero me deslumbra tu talento. Judit.

Gonzalo Prieto dijo...

La relativa impaciencia protege la carne y el alma, la envuelve en el hielo eterno del miedo, ese que te quita los sueños haciendo que nuestros ojos ya no consigan ver delante de sí, que la piel quede inmóvil cual fotografía de recuerdos absolutos y venenosos. En esa escena que parece perpetua a al tacto de mis manos,tocan luces intermitentes las fisuras del hielo que cubre el alma, intentando alcanzar la sangre que yace cansada y desafortunada.

Gaspar.